Tropezón de Enrique Peña

24.10.2012 14:38

Laberinto//

 

Por: Felipe Eladio Js.//

 

La Reforma Laboral no es otra cosa que el pago de Enrique Peña a los hombres del dinero en México, por los favores recibidos. Fallido intento.

Es claro que la dichosa reforma, un supuesto beneficio para los obreros de nuestro país, que dicho sea de paso nadie pidió, se ha convertido hoy en el primer y más significativo tropiezo de Enrique Peña; pues ni duda cabe que es él, en acuerdo con Felipe Calderón, quien intentó impulsar esta Reforma  con dos intensiones muy claras, joder a los trabajadores, beneficiando a los empresarios; e inmiscuirse en los gremios sindicales, intentando su debilitamiento.

 

El asunto no fue muy difícil en la Cámara de Diputados; pero las cosas se complicaron, al grado de salirse de control, en la de los Senadores, pues ahí las protestas gremiales y de la Oposición fue más fuerte, lo que ha provocado que la minuta enviada por los diputados les sea regresada con ciertas enmiendas, y a su vez estos luego de checarla la regresen nuevamente al Senado para su aprobación.

 

Los líderes priístas de las respectivas Cámaras del Congreso de la Unión, recibieron la orden de Peña Nieto de sacar la Reforma Laboral a toda costa; por el ello con Emilio Gamboa en la de Diputados no hubo mayor problema, pese a los intentos del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y su “Chiquillada” por frenarla; pero Manlio Favio Beltrones o no pudo, o no quiso facilitar mucho las cosas a Peña, quien al no obtener la aprobación de la Reforma Laboral como sus amigos y aliados empresarios la habían solicitado, se convierte en su primer tropezón, pues es claro que el Presidente de la República, Felipe Calderón, no le interesaba mucho quedar bien con los “Hombres del Dinero”, ya que si así hubiese sido, el Partido Acción Nacional le hubiese echado montón a la verdadera Oposición en el Congreso.

 

Este cambio de decisión, obligó a Enrique Peña a solicitar una reunión extra urgente con Calderón, con el fin de tomar acciones conjuntas, para enfrentar a un eventual asistente al debate, que tampoco había sido contemplado: Andrés Manuel López Obrador, quien manejador de los tiempos y escenarios, para ese momento estaba ya formando equipo con los líderes sindicales más fuertes y serios de este país, como el encabezado por Francisco Hernández Juárez, de Teléfonos de México (TELMEX).

 

Con la presencia de AMLO en la Cámara de Senadores, las posiciones se radicalizaban más y amenazaban con volverse un verdadero dolor de cabeza tanto para Calderón, como para la toma de protesta de Peña Nieto; por ello la reunión de evaluación, por ello el recuento de los daños, y el acuerdo bilateral Peña-Calderón, para con una jugada “maestra” dejar fuera a López Obrador al destrabar la Reforma Laboral en el Senado; ante la medida de superar las diferencias, no habiendo controversia, se desactivaba cualquier intento de AMLO de sacar raja político del tema.

 

En suma, los legisladores priístas tuvieron que dar reversa, ser incongruentes, exhibir que siguen siendo levantadedos, y que a todo lo que venga de Enrique Peña Nieto su respuesta será: “¡Sí Señor!”

 

Una vez más los “sacrificados” fueron los empresarios, a los que tanto les debe Peña Nieto; y que se preparen, porque así seguirán siendo las cosas en este sexenio, los intereses personales del nuevo Presidente siempre estarán por encima de los de cualquiera, así como se lee, de cualquiera.

 

Espero que con esta magnifica intervención de López Obrador en asuntos de suma trascendencia para el país, ya a muchos les empiece a caer el veinte, por qué nadie “se esta yendo a la Chingada”. Bye.